Un poco de historia
Este entorno natural, con caza, pesca, agua y tierras de cultivo, fue un lugar ideal para asentamiento de pueblos celtíberos en el Castro de “Los Castillejos”, sobre un cerro, que nos han dejado el yacimiento arqueológico, la necrópolis de “Los Cantos”. Sus valiosos restos figuran en el Museo Numantino: piezas de armas, fíbulas, discos de bronce y plata…
En época romana, obligados a abandonar los castros, sus habitantes se establecieron en una villa agrícola, en el paraje de “Las Casillas”, donde han hallado una estela funeraria con texto latino y dos sarcófagos. Está documentado el paso de una calzada romana camino de Numancia.
En la Edad Media esta zona es tierra de frontera, de moros y cristianos, la Extremadura Soriana, que, una vez reconquistada y repoblada, formó parte de la Comunidad de Villa y Tierra de Soria creada en 1119 por Alfonso I de Aragón.
Cubo de La Solana, torreón circular, nació como una fortaleza para defensa de los habitantes del Pueblo de La Solana, junto al Molino. De ahí su antiguo nombre de El Cubo de La Solana, como le ocurre a El Burgo de Osma.
Este lugar privilegiado se entregó como tierra de conquista a nobles y caballeros, aposentados aquí con sus ganados: Los Vadillo, San Clemente, Velamazán… Y, sobre todo, los Condes de Gómara, que, como fue costumbre, convirtieron la Casa Fuerte de Cubo de La Solana en Casa Palacio, cuando la nobleza dejó de guerrear. Los Condes de Gómara fueron objeto de varias leyendas de Bécquer.
En lo civil Cubo de La Solana dependía del Sexmo de Lubia y en lo eclesiástico, del Arciprestazgo de Rabanera del Campo, diócesis de Osma.
En la Guerra de la Independencia, fue fusilado en Villaseca de Arciel, como “patriota”, junto a miembros de la Junta Provincial de Defensa, Joseph Mariano Andrés, vecino de Cubo de La Solana.
La joven Leonor, esposa de Antonio Machado, era hija de Ceferino Izquierdo, de Cubo de la Solana, que seguramente visitó el poeta, pues aquí vivían sus abuelos y todavía viven familiares.